El proyecto se orienta a trabajar en cuatro problemáticas. Diariamente, en el gran Concepción podemos observar cientos de adultos mayores y diversas personas en situación de vulnerabilidad sin la posibilidad de alimentarse adecuadamente, considerando que las entidades que se encargan de cuidar y alimentar estas personas no dan abasto. Por otra parte, desde el mismo centro educacional Santo Tomás podemos observar a diario diferentes estudiantes en situaciones familiares complejas, los cuales deben buscar las formas de organizar sus recursos para alimentarse durante el mes el cual es un problema vital a la hora de pensar en su crecimiento y desempeño en el proceso estudiantil.
En complemento, al trabajar en conjunto con el área de oncología infantil del hospital regional de Concepción , se conoce la realidad de decenas de madres, padres o cuidadores responsables que acompañan a los niños, niñas y/o adolescentes internados en tratamientos de radioterapia o quimioterapia, especialmente aquellos que vienen de sectores rurales de la región del Bio Bio no cuentan con los recursos ni el tiempo para alimentarse adecuadamente al estar acompañando a sus hijos dentro del centro asistencial. Para finalizar, pero no menos importante, nos encontramos con el problema basado en el desperdicio de alimentos donde diariamente cocineros y trabajadores de locales culinarios observan los cientos de kilos de excedentes que se deben desechar por no tener una alternativa viable y rápida para que alguien más pueda beneficiarse con estos alimentos, que se encuentran en buenas condiciones pero que no pueden ser utilizados en su lugar de trabajo por distintas razones, lo cual no quiere decir que haya perdido sus propiedades o que sean perjudiciales para el consumo humano.
El proyecto se basa en solventar dichas problemáticas de manera sustentable y que con el paso del tiempo este se pueda mantener a sí mismo. A través del comedor comunitario se alimentará de lunes a viernes con 150 raciones diariamente a todos los grupos previamente descritos, es decir, adultos mayores en situación de vulnerabilidad, estudiantes de enseñanza superior de escasos recursos y padres que asisten junto a sus hijos en el área de oncología infantil del hospital regional de Concepción.